The Rift no es una carrera más: son 200 km por los terrenos más brutales de Islandia.
Es bonito, sí, pero no te equivoques, es igual de duro.
Para mí, la carrera presenta un desafío único: una vez que los corredores pasan, no hay forma de alcanzarlos hasta el K130. Capturar el evento requiere estrategia y precisión, especialmente en estas condiciones y como solo filmmaker.
Durante la previa a la carrera, se entregan dos reels diarios para crear expectación. El día de la carrera, se realiza un video resumen pocas horas después de la llegada y, poco después, un breve documental.