El skate marcó mi adolescencia.
No era sólo un hobby, era mi vida. Y Filmar era mi segunda pasión. Entre trucos y caidas, lo captaba todo con la cámara.
Entonces, sucedió. Pam. Una lesión de rodilla. Se acabó el juego. Un truco, una barandilla, y mis sueños de skate se habían esfumado.
Pero cuando una puerta se cierra de golpe, otra se abre de par en par.
Los deportes de resistencia se convirtieron en mi nuevo comienzo. Correr, montar en bicicleta... deportes en los que el esfuerzo equivale a resultados. Sin sorpresas. Sin suerte. Empujas, sudas, tienes éxito. Para mí tenía sentido. Y entonces, mi momento de iluminación: Podía filmar atletas, marcas, carreras. Capturar su lucha, su gloria. Mostrar al mundo sus historias como solía contar las mías sobre el patin.
Y ahí empezó un nuevo capitulo.